viernes, 28 de octubre de 2011

NUEVA VIDA (5) Final

Llevo una semana en el hospital. La verdad es que se me ha hecho eterna. El viaje que hice, las experiencias que viví, parecen un pasado muy lejano.

Esta semana me han hecho muchas pruebas. Han querido que me quede aquí, por que para ellos es mejor y, como no tengo nada que hacer. Aquí me tienen... Encerrada. Por suerte, mi madre me hace compañía todo el día. Así que le he estado explicando todo sobre mi viaje. Bueno... todo, todo, no. Como comprendereis no le he contado nada de lo de Silvio. Le he contado que conocí a un chico muy simpático, con el que fui a bucear. Intenté esplicarle lo que era el Snorkel, pero no lo entendió muy bien.

Mi padre, mi hermano y algunas amigas me visitan por las tardes. Ellos tienen que trabajar. Mi padre no, pero no soporta los hospitales y prefiere ir a dar largos paseos.

Por la mañana me hacen pruebas. Me llevan de un lado a otro del edificio. No sé cuantas veces me han sacado sangre. Esto es tedioso y muy largo. Tengo ganas de que me operen ya y me digan qué pasa.

Tengo que deciros que cuando llegamos a Madrid, mis padres nos llevaron, a mi y a mi hermano, a su casa. Necesitaban saber qué pasaba. Él les había llamado para decirles que vinieran, pero no les quiso contar nada.

Cuando llegamos a casa les expliqué lo que me había dicho el médico. No quise edulcorarlo. Mejor que supieran todo y no se encontraran con una sorpresa desagradable.

Mi madre no paró de llorar. Lloró toda la noche. A mi padre no le ví llorar, pero si le oí. Me quedé a dormir en mi habitación, por que no quería estar sola. Oí a mi padre, en medio de la noche, que se metía en el baño y lloraba. No le dije nada. Él siempre ha sido un hombre muy reservado y pensé que sería mejor que se desahogara a su manera.

Después de hablar con ellos y ver como me apoyaban tengo más ganas de luchar contra esta p... enfermedad.

Por la mañana llamé a mi médico y me pidió que fuese al hospital después de comer. Me querían ingresar para hacerme las pruebas antes de la operación.

Mi hermano venía cada día a verme, después del trabajo. El martes pasado nos sorprendió a todos cuando apareció acompañado por una chica.

- Hola. Os presento a Julia. Mi novia.

No sabíamos qué decir. Así que al ver a mis padres que no se movían, rompí yo el hielo saludándola. Estuve hablando con ella un rato. La verdad es que me gustaba, era una chica muy mona y se notaba que tenía los pies en la tierra.

No os lo había comentado, pero mi hermano, aunque me llama hermanita, es el pequeño de los dos. Nos llevamos cinco años. Él va a cumplir los 30, dentro de tres meses.


Al día siguiente vino solo. Le pregunté por Julia y me contestó que estaba trabajando.
Mi hermano quería saber qué nos parecía. Mi padre y yo le dimos el visto bueno. Mi madre no tanto, por que estaba recelosa de que estuvieran juntos y no haberse enterado antes.

Nos estuvo contando que llevan más de un año juntos y que ella vive con él desde hace unos cinco meses.

Mi hermano es muy suyo, como mi padre. Desde que se independizó, la verdad es que lo veo poco, por que cuando no está con los amigos, está de fiesta, de viaje,...
Durante su adolescencia fue un bala perdida, como decía mi madre, pero la muerte de uno de sus mejores amigos hizo que se diera cuenta de lo frágil que es la vida y empezó a centrarse. Menos mal. Dio un respiro a la familia. Todo cambió de la noche a la mañana, se puso a estudiar, se sacó una carrera y ahora está en un puesto de trabajo muy bueno.

- Os la quería presentar, por que es la primera chica, en mucho tiempo, que me hace feliz. Las cosas con ella van genial y puede que....
Cuando me dijo que estaba pensando en sentar la cabeza me emocioné. La verdad es que no pensé que fuera de esos chicos que pensara en casarse y tener una familia.

- ¿Por qué ahora?
- Sinceramente, por que ella es estupenda, por que ella me hace reír, es fácil estar con ella. Es un chica que no se complica la vida. Es práctica, como yo. He vivido mucho y ahora creo que es el momento. También reconozco que parte de que culpa de que esté pensando esto, es por ti.
- Por lo que me pasa. ¿Verdad?
- Sí.
- Hermanito. Me gusta. Espero poder veros casados. ¿Cuándo se lo vas a pedir?
- Pensaba hacerlo después de tu operación. Cuando vea que todo está bien y que tú podrás estar.
- No me hagas esto. Yo quiero que se lo pidas antes. ¡Venga!
- No creo que a mamá le guste la idea.
- Mamá está un poco celosa. Ya sabes lo que son las madres con sus retoños. Siempre serás su niño. Pero no te preocupes. Estos días hablaré con ella y os ablandaré el terreno.
- Gracias.
- ¿Le comprarás un anillo?
- Uffff... Es que no soy mucho de esas cosas...
- Si quieres te ayudo.
- Pero si estás en el hospital. Con las pruebas.
- Bueno, pero puedo mirar catálogos contigo.
- Es verdad. Bueno, mañana miraré de traer alguno.

A finales de semana trajo un catálogo con tres anillos marcados. A cual más bonito. Le dije cual era el que más me gustaba para Julia. No la conocía mucho, pero lo que me había explicado mi hermano era suficiente. Después de elegirlo, me estuvo contando como quería hacerlo. Quiso recrear su primera cita. Se la llevaría al cine a ver una película y justo antes de entrar, dirá que ha perdido las entradas. Le pedirá que busque en su mochila, por que en la chaqueta no las lleva y cuando meta la mano se encontrará el anillo.

Después, si pueden, verán la película y se irán a cenar. La llevará a su restaurante favorito. Quiere hablar con el dueño, para que le pongan en una mesa un poco más apartada para tener intimidad.

Bueno, la idea me pareció muy graciosa y le pedí que me llamara al día siguiente. Esto en teoría iba a pasar el viernes por la noche, así que esperaba que el sábado me llamara. Pero no lo hizo. La verdad es que me preocupé y le pedí a mi padre que lo llamara a su móvil, pero lo tenía apagado.
Me tenían que llevar a hacer un escáner. Le pedí a mis padres que intentaran ponerse en contacto con él. Estaba nerviosa, y si Julia le había rechazado....

Pues sería la mujer más tonta de la faz de la tierra, porque mi hermano es todo un señor y no sabe lo que se pierde, pensé.

Las puertas del ascensor se abren y allí aparecen los dos. Cogidos de la mano. Julia me abraza. Está llorando de la emoción.

- No llores guapa.
- Sara. Eres maravillosa. Gracias.
- ¿Por qué?
- Porque sin tu empujón Carlos no se habría atrevido.
- Claro que sí. Solo que le habría costado un poquito más. Ahora os dejo. Dentro de un ratito os veo.

Cuando me trajeron de hacer el escáner, mi familia estaba en la habitación. Por supuesto, estaban hablando de boda. Julia le pidió a mi madre que la ayudara a elegir el vestido. Sus padres estaban en Zaragoza y no podían estar con ella tanto como quisiera. Mi madre por supuesto, aceptó encantada.



Unos días antes, ella y yo habíamos estado hablando largo y tendido y me prometió que le daría una oportunidad a Julia.
Ella me enseñó el anillo. Le quedaba precioso en sus largos dedos. Cuando Carlos fue al baño, me dio las gracias por la elección del anillo. Carlos se lo había contado.

Bueno, han pasado unos días y hoy toca operarse. No os lo voy a negar. Estoy un poco cagada. Quiero que esta pesadilla pase pronto.

Según me ha dicho el médico, todavía me queda un poco por pasar. Pero lo importante es que hoy abrirán y operarán y, si todo va bien, podrán quitármelo casi todo. Mi madre ha rezado cada día por que todo salga bien y los demás estamos pensando en positivo.

Julia dice que no podemos pensar nada negativo, porque la negatividad es mala para el Karma.

........

La operación duró muchas horas. Estuve en quirófano más de seis horas. Sé que hay operaciones que duran un día entero, pero para mi, 6 horas, es una barbaridad.

Mis padres, mi hermano y algunas de mis amigas estuvieron en la sala de espera. Los médicos salían para decirles que todo iba bien, pero que había alguna complicación y por eso tardaban más. A las seis horas me sacaron de allí y me llevaron a la UVI, donde estuve casi toda la tarde, por si acaso. Dejaron que mi madre entrara, para que yo me sintiera más tranquila.

A la noche me subieron a mi habitación. Cuando llegué, allí estaban mis padres, sentados en unas sillas horrorosas, esperando a ver que estaba bien.

La enfermera me dijo que el médico vendría por la mañana para explicarme qué es lo que tenía que hacer a partir de ese momento.

..........
El médico acaba de pasar. Mis padres están en el pasillo intentando pedir explicaciones al médico de lo que ha pasado.

Ayer, mientras me operaban vieron que el tumor se había extendido más de lo que ellos pensaban. Había llegado al hueso y eso no es operable.

Después nos ha contado las consecuencias de que haya llegado al hueso. Principalmente, que no se puede operar y solo me queda la quimioterapia. No es muy grande, pero no desaparecerá. La quimioterapia puede pararlo o ralentizarlo, aunque voy a ser sincera, no me ha dado muchas esperanzas.

Tengo ganas de llorar. Esta pesadilla es demasiado para mi, no puedo más.

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Llevo meses postrada en la cama del hospital. Cada día hago mi sesión de quimio. Me deja echa polvo. Solo quiero dormir. Por que si estoy despierta solo vomito.

Hoy es el primer día del descanso y la verdad es que lo agradezco. Por que es el primer día que he podido descansar, el primer día que he podido comer y retener la comida en mi estómago.

En estos dos meses he adelgazado 12 kilos. Estoy echa un fideo.
Intento hacer bromas, pero mis padres están muy apesadumbrados. Mi hermano y Julia intentan venir siempre que pueden y la verdad es que su visita me alegra los días, por que hablo de la boda con Julia. Es una gran chica y sé que mi hermano será feliz con ella.

Esta semana tengo un descanso de la quimio, quieren hacerme pruebas para ver si ha remitido, se ha parado o va más lento. Espero que se haya parado. Quiero poder estar en la boda de mi hermano, quiero volver a ir a la India para poder volver a ver aquel monumento al amor. Quiero hacer tantas cosas.... Pero no puedo. Estoy postrada en esta cama de hospital.
...

El médico acaba de irse. Parece que en otra vida fui la peor persona del mundo y en esta estoy redimiendo mis errores. El cáncer no se ha parado, sí que va más lento, pero los huesos están mal.

Me he quedado sola con el médico. Le he pedido que me diga si me queda mucho tiempo. Le he pedido la cruda realidad, aunque duela.

No me queda mucho. No sé si llegaré a la boda. El médico me ha pedido que sea fuerte, que siga siendo positiva, que no pierda la esperanza.

No se lo he dicho a nadie. Intento ser fuerte delante de mi familia y de mis amigos. Intento que no se me note, haciendo bromas sobre ello. Pero la verdad es que perdí la esperanza después de la operación. Ahora solo me dejo llevar por la situación. Pero no tengo ganas de seguir. Lo siento, lo siento mucho. No soy tan fuerte, como ellos pensaban. Me rindo. No puedo más.

No me odiéis.

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Ha pasado casi un año de la muerte de mi hermana. La hecho mucho de menos y hoy, mucho más.

Hoy es un día muy especial, porque hoy cumpliría 36 años y es el día de mi boda.

Cuando murió, Julia y yo pensamos en cancelarla o posponerla, pero nuestros padres, sobre todo los mios, nos animaron. Mi hermana también.

Ella os dejó una carta que nos entregaron cuando murió. Es una carta preciosa.

Querida pareja:

Quiero que sepáis que aunque muera no quiero que dejéis de celebrar un día tan bonito, como es vuestra unión.

Quiero que luzcáis vuestras mejores galas, que sonriáis, os divirtáis y sobre todo quiero que viváis ese momento como si fuese el último.

Por que todo esto que me ha pasado me ha hecho que me dé cuenta que lo único que tenemos es el presente y es lo que hay que aprovechar y lo que tenemos que disfrutar.
Por favor, aprovecharlo, vivirlo, disfrutarlo.

Yo desde el otro lado os animaré y estaré a vuestro lado.

Sara.

PD: Hermanito, cuida de ella por que es una joya.

Os quiero.


Así que no la cancelamos, si no que la cambiamos. Nos íbamos a casar en marzo, por que queríamos irnos a la India de viaje de novios y queríamos intentar llevarnos a mi hermana, para que volviese al Taj Mahal, pero cuando pasó todo esto a Julia se le ocurrió una gran idea. Adelantar la boda, casarnos un mes antes, para que coincidiera con la fecha de cumpleaños de mi hermana.

Hoy es el gran día y por ella, por todos y por supuesto por Julia, hoy es el primer día del resto de mi nueva vida.

Hermanita te quiero y te echo de menos. Este gran día te lo dedico solo a ti, estés donde estés.

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El día después de la boda nos marchamos a Agra. Escogí un hotel que tuviera vistas al Taj Mahal. El hotel era precioso y el monumento era.... No sé, me quedé sin palabras.

Julia se pasó toda la mañana en la ventana, viendo como la gente iba hacia el Taj Mahal. Los dos reíamos, cuando hablábamos sobre las historias de mi hermana.

- Seguro que ella estará encantada de que vengamos aquí.
- Lo sé. La verdad es que la echo de menos. Pero puede que aquí encontremos la paz.

Al día siguiente nos levantamos temprano y fuimos al templo. Era más bonito que lo que había dicho Sara.

Nos acercamos al jardín y allí vimos a unos monjes.

Uno de ellos se nos acercó y nos sonrió. Lo supe. Seguro que era él.
Metí la mano en mi bolsillo y saqué la flor que ella nos dejó en su carta. Se la entregué al monje y nos dio las gracias.

Sentí como Sara se marchaba de mi lado.

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