jueves, 15 de diciembre de 2011

Suerte vuelve... (3)

Cuando llegué a la oficina, la secretaria de mi jefe me miró por encima de sus gafas de señorita Rotenmeyer, sonrió de una manera diabólica y me dijo:

- Pasa. Te están esperando.

¿Están?, pensé yo. Creí que solo estaría el jefe.
Entré en el despacho, intentando aparentar tranquilidad, pero cuando vi quienes estaban se me puso un nudo en la garganta.

No lo entendía... Estaban todos los jefazos de las secciones, mi jefe y Toni.
Sí Toni, ¿qué coño pinta aquí?, mi mente estaba saturada. Mi jefe me mandó sentar. La verdad estaba tan, tan, tan nerviosa... Todos me miraban con aire inquisitorio y mientras veía sus caras, os juro que me hacía tan pequeña como una pulga. 

Al fin mi jefe habló.



- ¿Sabes por qué estamos aqui?
- Supongo que no -. No sabía que decir. Creo que por primera vez en mi vida me faltaban las palabras. 
- Pues estamos aquí por que gracias a este trabajador - señaló a Toni -, hemos podido ver cómo trabajas.
- ¿Es por eso?.... Solo quise apretarle un poco para que trabaje mejor. En ningún momento pensé en despedirle...
- Perdona... Pero lo que le dijeras o no ahora, no nos interesa. Lo que quiero es que nos expliques esto.

En ese momento abrió la carpeta con la campaña que había preparado para nuestro cliente más selecto.

- Pues esto es lo que hemos preparado para nuestro cliente. ¿Esto a qué viene?
- A mi no me hables así. Soy el director de esta empresa -, mientras me achicaba en la silla, Toni sacó una carpeta y enseñó un dibujo, casi idéntico al mío -. Estamos aquí para hablar de plagio.
- Sí, lo estoy viendo. Pero a lo mejor, él no se ha dado cuenta.
- Creo que sigues sin entender por que estás aquí. - Tomó agua, aire, me miró y dijo -. Estas aquí por que tú eres la que has plagiado su trabajo. Y lo han demostrado, así que no te justifiques.
- ¿Demostrado?
- Sí. Ayer tarde, cuando me llegó la noticia de todo esto, pensé que se equivocaban. Te llamé varias veces, por que no podía creerme que nos hubieses mentido durante tanto tiempo, pero tu secretaria no sabía donde estabas y dijo que no se le podía molestar, por nadie. Así que llamé a tus compañeros de otras secciones... Sinceramente, no pensé que fueses tan popular.
-¿Popular?
- Sí. Es un sarcasmo. Por si no lo reconoces... Todos me han dicho que eres una tirana con tus trabajadores y Toni me lo ha confirmado. Hablas altivamente con genete de tu mismo rango, como si te creyeses la jefa... Pero no pensé que llegara hasta tal punto tu desfachatez… Plagiar un trabajo de un subordinado y pensaras que no me enteraría.
- Yo no he plagiado nada... Esto es un error.
- Por favor, -dijo mientras miraba a los demás -. Iros. Dejadnos solos.

Todos fueron saliendo del despacho, pero supongo que estaban asustados por que no me dieron animos, ni me miraban. Con lo buena que era con ellos...

- Esto no pinta bien. Nada bien.
- En serio, señor. Yo no he plagiado nada. - Suplicaba en mi interior que me creyese. Siempre había sido una trabajadora ejemplar. 
- Ya... Pero no puedo creerte. No puedo, por que sé que Toni no miente.
- ¿Cómo está tan seguro? Ese chico no hace ni dos meses que está con nosotros.
- Ya...Pero lo conozco desde que nació. Es hijo de un amigo mío y soy como un tío para él y él es un sobrino para mí. Sé que no me mentiría, sé que no haría algo así. Igualmente, ayer quise corroborarlo. Primero te llamé, pero tenías una reunión muy importante. Tanto como para no atenderme...
- Sí... ummm, sobre eso... Siento lo que ha pasado. Le dije a mi secretaría que no me molestara con nada tonto, que tenía que irme urgentemente a una reunión. Pero es tan... - quería decir tonta, pero a lo mejor no era buen momento - bueno, ya me entiendes. Hay que decirle absolutamente todo - le puse mi mejor sonrisa.
- Ya... Pero ¿qué reunión tenías? 
- Tu secretaría dijo que ella no tenía nada en la agenda...
- La verdad... Quería ir a ver a nuestro cliente... Pero me dijeron que estaba reunido y como es al otro lado de la ciudad, decidí ir a casa y trabajar desde allí.
- Ya... Y el ir a un spa a tomarte la tarde libre es....

¿Cómo se había enterado? No se lo había dicho a nadie.

- Sí. Lo sé. No me puedo creer que pierdas el tiempo y no vengas a trabajar, y encima, la empresa pague tus caprichos. Después de que no contestaras, hablé con los informáticos. Los trabajos siempre quedan grabados el día que se empiezan y se acaban y Toni lo guarda todo en el ordenador. Es imposible cambiarlo. Ellos mismos me lo dijeron, después de decirme que el trabajo de Toni tiene un año... ¡UN AÑO! de antigüedad... ¿Te parece normal?¿cómo has podido?. Menos mal que Toni me conoce, y no va a poner una denuncia a la empresa. Pero...
- En serio yo...
- No. No hables. La verdad, es que después de todo lo que he visto, de todo lo que me he enterado, como comprenderás, quiero que recojas tus cosas, las metas en una caja y hoy, antes de las 12 salgas de la empresa. En cuanto a tu indemnización por echarte... Antes de pagarte nada, se va a mirar absolutamente todo lo que has gastado, donde lo has gastado y si realmente era algo para la empresa. Lo que no sea para nosotros, se te irá descontando de tu indemnización. Por que nos has estado robando. Sinceramente, da gracias de que no llamemos a la policia. Pero no quiero escandalos.
- Señor. Sé que no quiere creerme. Pero necesito explicarme...
- Claro. Pero tienes 5 minutos. Después sal de mi despacho. Que tengo cosas importantes que hacer.
-Señor. Yo he tenido unas semanas muy malas, en cuanto a tener nuevas ideas. No se me ocurría nada, y cuando me dió el trabajo de esta publicidad estaba bloqueada. Estuve mirando ideas, reciclando cosas, pero nada me gustaba. Mis ayudantes estuvieron ayudándome en todo momento y aunque te parezca malo. La verdad es que uno de mis ayudantes me pasó una idea que tenía. Había hecho unos garabatos y me dijo que si me gustaba me daba la idea. Me pareció que así podía pasar del paso. ¿Nunca te ha pasado algo así?
- Claro. Pero no miento de esta manera. Aunque tampoco robo.
- Yo no he robado nada. Si llamas a Marcos seguro que te lo cuenta.
-¿Marcos? Ese es tu ayudante gay. ¿verdad?
- Sí. Es amable, sincero, servicial. Es uno de mis mejores ayudantes.
- Ya... Tienes razón. Gracias a él supe donde estabas ayer. Es verdad que es servicial.

¿Perdón? ¿Marcos me ha traicionado?. No me lo podía creer, pero si Marcos era mi amigo, mi súbdito más fiel,....

- Veo que no dices nada. Así que si llamo a Macos me podrá decir si esto es verdad.
- Claro que sí.
- De acuerdo. Lo llamaré. - Fue a su mesa y habló con su secretaria. En un minuto apareció Marcos. Tan pelota como siempre.

- Perdone señor. ¿Me ha llamado? - Marcos me miró y me sonrió.
- Sí Marcos. Pasa y siéntate. Tenemos que preguntarte algo. - Me miró y me dio pie a que le preguntara.
- Hola Marcos. 
- Hola jefa. - Sentí como Marcos se ponía un poco nervioso.
- Quiero que le expliques al jefe la verdad de lo que te pregunte.
- De acuerdo jefa.
- A ver.... La semana pasada teníamos que preparar la nueva campaña, pero estuve un poco.... dispersa - no sabía como decirlo -. Así que estuvimos trabajando varios días. ¿Verdad?
- Sí, señora.
- Entonces un día, viniste al despacho con la idea que hemos presentado. Habías hecho un crockis y me dijiste que podía utilizarlo. ¿Es así?
- Ummmmmm... Perdone señora. Pero exactamente no fue así. 
- Ah, ¿no? - mi jefe me miró -. Marcos explícame la verdad.
- Bueno señor. La verdad es que mi jefa tuvo una semana muy mala, no tenía ideas, y por eso se marchaba por las tardes para descansar y relajarse. A ver si así podía pensar mejor. Una tarde me quedé ordenando los archivos y entre ellos estaban los trabajos de los que se habían presentado al puesto de Toni. Justamente, encontré algún trabajo que Toni había presentado y vi uno que sería perfecto para la campaña. Así que lo guardé y se lo enseñé a mi jefa al día siguiente. Pensé que llamaría a Toni y le pediría trabajar juntos. Seguro que Toni hubiese dicho que sí, es una gran oportunidad. Pero en vez de eso, mi jefa se encerró en el despacho y preparó una plantilla nueva con las ideas de Toni. Cuando lo vi, solo me dijo que era una idea diferente y no había por que hablar de nada. Como verá... yo solo soy un ayudante y si me echan no tengo nada y no quiero irme de aquí. Así que me callé. Pero unos días más tarde, mi conciencia no pudo más y hablé con Toni. Le expliqué lo que había pasado y él me dijo que hablaría con ella. Lo siento señor.
- No lo sientas. Hiciste lo correcto. - Mi jefe me miró con aire inquisidor. 
- Pero esto no es verdad. Marcos, ¿por qué lo has hecho? - le dije a mi ayudante.
- Solo he hecho lo que me ha dicho. Decir la verdad.
- Gracias Marcos. Puedes dejarnos.

Marcos salió del despacho, no sin antes mirarme, sonreirme y pedirme perdón por lo que había pasado. Quería matarlo. Casi lo hago. Al ver esa cara salté de la silla, no lo pude remediar. Le grité y le pregunté el por qué de toda aquella mentira. A mi, a mi me traicionaba. Yo había sido su amiga, le había acogido bajo mi ala. Había sido mi confidente, y para qué, para hacerme esto. No lo podía entender.

Mi jefe me paró a tiempo. Marcos salió corriendo del despacho. En ese momento mi jefe me dijo que dejara de mentir. Que recogiera mis cosas y me fuese sin hacer mucho ruido.

Salí del despacho derrotada. Mirando al suelo, pero aunque no les miraba a la cara, sé que todos me miraban y cotilleaban con lo que había pasado. Toda la empresa se había enterado de lo que había pasado. Quería perderme en una isla desierta. No quería ver a nadie.

Fuí a mi despacho. Mi secretaria, por una vez, había sido tan eficiente que ya me tenía una caja preparada para que guardara mis cosas. Pero realmente, lo que quería llevarme me cabía en el bolso. Cogí un par de fotos, la pluma que mi marido me regaló el día que me ascendieron y poco más. Mientras miraba mi despacho no lo pude remediar.... me puse a llorar.  No podía creerme todo lo que me estaba pasando.
Cuando salí fui al baño. Allí me encontré con Marcos, que se estaba lavando las manos. Tengo que explicar que trabajaba en una empresa muy moderna, donde los baños son mixtos, por eso me encontré con él. 

Marcos dio un respingo al verme. 

- ¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho?  - le dije mirándonos por el espejo.
- Lo he hecho por que eres una tirana y necesitabas que te bajaran los humos. Yo me merecía el puesto de Toni, pero no querías ascenderme por que siempre te hacía todo. Estoy harto de ser tu marioneta. Te lo mereces. Te mereces todo lo que te ha pasado.
- Pero eres tú el mentiroso. El que has plagiado.
- ¿Ah sí? Demuéstralo - me dijo mientras se secaba las manos. - No puedes demostrarlo, por que no hay pruebas y esta conversación no ha existido. 

Después salió del baño y yo me quedé allí. Derrotada.

3 comentarios:

  1. Hola!!

    ¡¡¡Uala!!! Qué fuerte, qué fuerte. Una bajada
    de humos en toda regla O_O Aunque hay algo que
    me dice que aún no se ha completado la "opera-
    ción humildad" ;-) Hehehehehe.

    Fantástica como de costumbre. Y Con ganas de
    saber más, mucho más.

    Ánimos y a se guir así guapa.

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  2. que fuerte!!!! bajada de humos total... pero no nos dejes así!!!! queremos mas!!!

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