jueves, 29 de diciembre de 2011

suerte vuelve... (5)

Vaya bomba tenía entre las manos... no podía creer lo que estaban viendo mis ojos. Los dos estaban allí, tomando café mientras se hacían arrumacos... No podía dejar de mirarlos.

Seguro que se compincharon para echarme. Estaban celosos de mi y de mi trabajo. Saben que soy buena y tenían miedo de mi, la competencia les asustaba y prefirieron sacarme de encima, pensé.

Mañana sabrán lo que es meterse conmigo. Así seguro que no volverán a tener ganas de hacerme nada. No se lo explicaré a mi marido, si no.... A lo mejor me dice que no lo haga.
Mañana, mañana sin falta me plantaré en el despacho del jefe y le contaré todo.... Pero, ahora que pienso, ¿y las pruebas?, por que seguro que me pide pruebas. No sabía qué hacer, necesitaba algo que poderle enseñar para que viera que no era una burda mentira para conseguir, otra vez, mi trabajo. Así que saqué mi móvil y haciendo ver que estaba mirando algo interesante, me puse a hacer fotos con la cámara. Hay que ver las cámaras que ponen hoy día en algunos móviles... decía para mis adentros mientras me reía de la situación.

De pronto, Toni se levantó, supongo que iría al baño. Mientras tanto, mi querido ayudante cogió su café e inspeccionaba a la gente de las otras mesas. 
¡MIERDA!, me vio. Me encontró entre toda esa chusma que había. Intenté ponerme detrás de un chico, su espalda era muy ancha, pero creo que eso le hizo sospechar aún más. Por que dos minutos más tarde, yo estaba agachada detrás de aquella espalda y la pareja del año se sentó en mi mesa. Quería morirme, me habían pillado. Pero no podía hacer que se me viera nerviosa.


- Hola querida... ¿qué haces aquí? - me dice el ayudante pelota.
- Nada.... Estaba tomándome un café.
- Sí. Seguro. - Responde Toni, con sorna.
- La verdad es que no pensé que estaríais aquí. Ahora con vuestra posición social, es mejor que vayáis a otros sitios mejores. ¿No creéis?
- Nosotros podemos ir donde queramos. Pero tu, en cambio, después de lo que te ha pasado, ¿cómo puedes salir a la calle? - Toni me atacaba sin piedad -. Yo no podría salir a la calle si fuese tu. Se me caería la cara de vergüenza, cuando me señalasen.
- No tengo ese problema. Por que sé que no hice nada malo. En cambio vosotros, viniendo aquí, donde sabéis que los jefes no estarán... no sé, es sospechoso, ¿no?. A ver, de ti me lo esperaba, obviamente - le dije a mi exayudante pelota -, pero tú... Sinceramente, no lo habría adivinado nunca.
- ¿El qué? - dicen nerviosos.
- Pues eso. Lo evidente. Que os lo montáis. Eso sí, a escondidas. ¿Qué pasa Toni? ¿Tu familia no lo sabe? A él no le pregunto - le miro con desdén - es obvio que sí lo saben. - Me río delante de ellos -. Creo que lo mejor será que me vaya. Tengo que preparar muchas cosas para mañana.
- No. Espera. - me dice Toni compunjido. - No digas nada de lo que has visto.
- No sé si podré. Es una bomba muy jugosa, y las fotos que tengo me queman en las manos. Estoy intentando pensar a quién se la envío primero. - Después de lo que ellos me habían hecho, lo primero que quería hacer era enviar esa foto a todo el mundo de la oficina, empezando por el jefe.
- ¡No lo hagas!, por favor. Sí, nos has pillado. Pero podemos llegar a un acuerdo.
- Un acuerdo.... Sí. Lo sé. Pero no sé si me podrías dar todo lo que quiero.
- Prueba - Toni estaba decidido a hacerme callar.
- De acuerdo. Lo que quiero... - la verdad es que quería tantas cosas, pero sobre todo mi trabajo y una retractación de todo. El problema es que Toni no quería decirle a nadie lo que había hecho, según me dijo, no se lo perdonarían en su casa, pues su padre era muy estricto. - A lo mejor también es estricto con la foto -. Al decir eso me ofreció dinero por mi silencio.- Con dinero puedo hacer muchas cosas, pero el problema es que no conseguiré trabajo. Quiero un puesto como el que he tenido y eso no me lo puedes dar. Así que sí, me vas a pagar, pero no solo para que no saque estas fotos si no también, por daños y perjuicios, por parte de los dos. Me da igual de donde saquéis el dinero, pero lo quiero a finales de semana. 
- ¿Cuánto quieres? - en ese momento les miré a la cara, podía pedirles lo que quisieran, estaban en mis manos. 
- Quiero.... ummmmm..... 300.000€, ya que tengo que esperar a que todo esto se calme y yo pueda encontrar algo.
- Pero.... ¡Eso es mucho dinero! - grita Toni. -¿Cómo quieres que te lo dé? Estas loca. Esto lo haces como venganza. Sabes que no podremos pagarte tanto.
- Sí, es verdad. Es venganza. Pero pensé que tenías unos padres con dinero. -Estaba disfrutando viéndole sufrir, después de la humillación a la que me había sometido.- Esta bien, hagamos una cosa. Voy a ser benevolente con vosotros - la verdad es que me apiadé un poco. Sabía que era mucho dinero. - Me pagáis el dinero, pero poco a poco, como veis soy más buena que vosotros, que me echasteis a los lobos. Quiero que cada mes me entregueis 6000€. Eso, sí lo podréis reunir, ¿no crees?
- Bueno, la verdad es que si saco ese dinero, cada mes de mi cuenta se notará demasiado. 
- Ya....Pero, ¿sabes qué pasa? - le dije en tono sarcástico -. Que me importa muy poco que se note. Inventate algo. Sois muy buenos para culpar a otras personas. - Realmente estaba disfrutando de todo esto -. Otra cosa, ¿por qué lo hicisteis? ¿por qué yo?
- Eso es fácil. - El gran ayudante, por fin abrió la boca -. He estado a tu lado años. Años, que no has reconocido mis méritos. Años en los que te he ayudado sin pedir nada, por que me encantaba trabajar como tu ayudante, pero llega un momento que te das cuenta de que la gente te utiliza. Eso hacías conmigo. Me estabas utilizando. Las cinco últimas campañas que has firmado con tu nombre, en realidad son obra mía, pues yo te dí la idea. Solo para que reconocieras que era bueno, que podía ser más que un ayudante. Has ascendido a otros con menos talento que yo y no pude más. Eres una trepa y muy mala jefa. No sabes hacer otra cosa que mandar. La gente estaba hartándose de ti, de tus altanerías, de tus miradas, de todo. Yo no era el único que te odiaba, pero nadie se atrevía a meterse contigo. Entonces llegó él...
- Sí. Llegué yo y me enteré de lo que hacías. Me enteré de que ni siquiera querías contratarme. Creo que ni leíste mi currículum. Pero si viste mis trabajos. Incluso recuerdo tus elogios. A lo mejor no me querías cerca por que no querías competencia. Durante semanas observé tu trabajo, lo que hacías, a qué hora salías, donde ibas,... Marcos y yo nos encontramos varias veces en esta cafetería y un día le pregunté por ti, y lo que pasaba en la empresa. Él me lo explicó todo, pero estaba triste. El resto no hace falta que te diga nada.  Nuestro jefe, es un gran amigo de la familia. Un hombre honorable que se fiaba de ti al 100%, no podía creerme que le trataras así. Pude hablar con tu secretaria y me contó muchas cosas que nadie sabe sobre ti y tus escapadas. Entonces, nos aliamos. Nos aliamos en contra tuya, por que tú conseguías todo sin esfuerzo y te llevabas el mérito por nuestro trabajo. Encima, tuviste la desfachatez de decirme que no trabajaba bien y me querías degradar. Era verdad, no eran mis mejores trabajos, aunque nosotros nos reímos mucho, pues no te diste cuenta de que eran tuyos. Sí, como lo oyes - Toni me había dejado de piedra. Decían que eran míos, pero no creía que fuese verdad, yo era mucho mejor -. Los copié de una carpeta que él me dio, en ella tienes tus primeros trabajos, sin vida, sin alma, sin nada. Eran totalmente planos. Queríamos saber hasta donde llegarías. Demostraste, en varias ocasiones, lo poco que te importamos. Eres mala y ahora lo has demostrado con este chantaje que nos haces.
- ¿Qué yo soy mala?. No me lo puedo creer, que vosotros digáis que soy mala. Sí, es verdad, te utilicé un poquito. Pero si querías el ascenso por que no lo pediste. Podríamos hablarlo.
-No, no podíamos, porque el día que me armé de valor y te pedí algo, ese día me dijiste que no podía ser, que en ese momento no podías ascender a nadie, por no sé qué.... Pero una semana más tarde un compañero fue ascendido.
- No tuve nada que ver, seguro. Siempre pensé que eras un ayudante excepcional y cuando tuviese el puesto perfecto para ti, te ascendería.
-Sí lo tuviste. Él mismo me enseñó la carta que le preparaste. Eres una ingrata y no podía soportar la humillación. La gente me llamaba perrito faldero y siempre se reían de mi, por que sabían que tú nunca me ascenderías. No ibas a ascenderme jamás. Me querías a tu lado, pues yo te he ayudado mucho. No podía llegar a creer hasta donde llegaba tu egoísmo.
- Sé que es difícil de entender.... Pero no es verdad. Para mi eras un gran amigo y tu traición...
- ¿Traición? - me miraba con un odio penetrante que me hacía hasta sudar -. Tu me traicionaste muchas veces. Solo te hemos dado lo que realmente te merecías.
- Sí. Pero ahora soy yo la que tiene la sartén por el mango.  No podía aguantar más aquellas palabras, aquella altanería hacia mí. - No me puedo creer que hicierais todo esto. ¿Por qué no pusisteis una queja?
- Porque queríamos verte derrotada, queríamos que supieras como nos sentimos y estuvieras en nuestra piel.... Por que una queja solo te hubiesen dado un toque de atención y luego tú, seguro que nos martirizabas con tus tonterías. Parece que no te das cuenta de lo que nos hacías. Todos en la empresa tenían algo en contra tuya. Al que no habías traicionado, habías dicho algo malo,... Siempre para tu beneficio personal.
- Ya, pero lo que no pensabais es que estaría hoy aquí y os pillaría. La verdad, después de lo que me habéis contado, creo que no quiero vuestro dinero. Creo que voy a ir a hablar...
- No. No hace falta. Nosotros hablaremos con ellos. - Toni se sentía derrotado. O eso quería hacerme creer.
- Pero qué dices... - en cambio, Marcos no estaba de acuerdo.
- Es mejor que lo hagamos nosotros. - le dijo a su chico-. Pero, por favor, déjanos un par de días para arreglarlo todo - me comentó.
- Esta bien. Dos días. Si en ese tiempo no habéis hecho nada para remediar este calvario por el que me habéis hecho pasar hablaré yo misma con todo el mundo. Empezando por tu familia, Toni. Te juro que les llegarán las fotos de alguna manera.
- De acuerdo. - Dijeron al unísono. Después se levantaron y se marcharon. 

No lo podía creer, ahora sí. Ahora todo el mundo sabría la verdad, sabrían lo que han hecho esos dos. Seguro que me devolverán el trabajo y el jefe me recompensará por todo lo que ha pasado, pensé, ilusa de mi.

Después de salir de la cafetería fui de compras. Mi marido estaba con ese caso tan importante y no llegaría hasta tarde. Mejor me voy de compras para celebrar mi triunfo, por que cuando este hombre se entere de la verdad, me devolverá el trabajo. Así que me fui derecha a la calle principal. Me pasé la tarde entrando en todas las tiendas. Quería comprarme algo especial para esa noche, pues celebraría con mi marido que me devolverían el trabajo. Además de comprarme un traje para ir el primer día, después del despido, espectacular, como si no hubiese pasado nada. Mientras miraba la ropa pensaba en las palabras de aquéllos dos. ¿Tan mal me he portado?, la verdad es que no lo creo, principalmente, es que somos de mentalidades diferentes. Eso no quiere decir que ellos tengan razón. Por eso yo he llegado donde estoy, por méritos propios, no como ellos, que tuvieron que echarme para quedarse mi puesto. Seguro que si lo viesen desde mi perspectiva.... Creo que voy a pedir una secretaria nueva. La que tenía, también me traicionó dando información de a donde iba. ¡MIERDA!, me acabo de dar cuenta, tendré que pedir perdón. Con lo poco que me gusta.... Mi jefe querrá que vuelva, pero para que confíe en mi tendré que pedir perdón por lo del dinero. Aunque si me deja que se lo explique lo entenderá. Igualmente lo haré. Por si acaso.

Encontré el conjunto de ropa interior perfecto en una tiendecita de ropa interior para novias. La verdad es que tenían verdaderas monerías. Yo sabía que a mi marido no le gustaba lo fuerte, si no lo dulce. Así que lo mejor era ponerse un corsé de encaje blanco o rosa palo con unas bonitas medias. Cuando salí de la tienda, pensé en el traje. Quería comprarme algo espectacular, pero si quería que me tomaran en serio, sería mejor no ostentar. Si no.... a lo mejor mi marido se ponía frenético. 

Llegué a casa un poco cansada. Pero tenía que preparar una gran cena y luego prepararme yo. Mi pichoncito (así lo llamaba para enfadarle), llegaría tarde, pero se encontraría la mejor sorpresa. Mientras ponía agua a hervir, para la pasta de la cena, conecté el teléfono al portátil y saqué las fotos de aquellos dos. Quería imprimirlas. Se las iba a enseñar a mi marido. Al principio pensé en no contarle nada, por que sabía que se enfadaría conmigo, pero luego me dí cuenta de que no podía enfadarse, si no al contrario.... Se sentiría orgulloso por recuperar mi reputación y mi nombre. Había algo que había cambiado entre nosotros, desde que me despidieron, pero seguro que con las fotos se acabaría. 

Preparé la mesa, la cena, me duché y me puse el conjunto de ropa interior y para tapar la bata de seda que él me regaló. Coloqué las fotos en un sobre cerrado, con su nombre, encima de su plato, como si fuese un regalo. Esperé, esperé y esperé hasta que me quedé dormida en el sofá, se me corrió todo el rimmel y parecía un mapache. Me desperté a las 3 de la madrugada y él no había vuelto. Miré mi móvil y no me había mandado ningún mensaje. Le llamé, pero tenía el teléfono desconectado. Así que llamé a un compañero suyo. Lo desperté, al no acordarme de la hora. Me dijo que los dos habían salido del trabajo sobre las 6 de la tarde. No lo entiendo, pensé, me dijo que estaría hasta tarde. Le di las gracias y le pedí perdón por despertarle. No entendía nada. Lo volví a llamar al móvil, pero nada. Seguía apagado. Decidí llamar a los hospitales, a la policía. Donde hiciese falta. 

Justo en el momento en que marcaba el teléfono de emergencias, él apareció por la puerta. Se asustó al verme despierta. Le pregunté que había estado haciendo hasta tan tarde y lo peor fue escuchar de su boca una mentira, una mentira que me hubiese creído si no supiera que su compañero llevaba horas durmiendo en su casa. Sí, me dijo que estuvo trabajando con él hasta tarde en el bufete. Esto no es normal, pensé compunjidamente. Intenté que no se me notara, pero no lo podía remediar. Intenté enseñarle las fotos.... Pero siendo sincera, solo pensaba en su mentira, en como estaba tan tranquilo, mirándome, mientras me mentía, pero no lo notaría, no quería. Tenía que saber que estaba pasando. Así que decidí hacer de espía con él también. Seamos sinceras, no se me había dado mal con la pareja de excompañeros, trepas que me habían apuñalado. Así que con él haría lo mismo. Pero a él no le chantajearía, si la cosa no iba bien. A él lo dejaría sin nada.

1 comentario:

  1. ¡¡Genial!!

    Una dosis más de esta historia :-)
    Me ha gustado mucho Pati. Me rea-
    firmo en que sabes muy bien como dejarnos con ganas de más, también
    donde "cortar" para que nos quede-
    mos O_O. Y sobretodo con la sensa-
    ción de haber leído una historia
    de verdad, de las buenas.

    Enhorabuena y gracias.

    A seguir así Pati.

    ResponderEliminar

¿Quieres decirme algo? Aquí te espero. Siempre con respeto hacia los demás, por favor.
No tolero los spam. Si quieres hablarme de tu blog, para que me pase y te siga, envíame un correo y estaré encantada de pasarme por ahí. No tolero que se haga publicidad en este blog, así que todos aquellos que solo me ponen su blog, serán borrados automáticamente.

¡Gracias por pasaros! Pues el blog se alimenta de vuestros comentarios.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...