martes, 13 de diciembre de 2011

Suerte vuelve... (2)

Los dos nos fuimos a comer. 
El restaurante se encuentra en el puerto. Es uno de los mejores de la ciudad, así que pensé en él para una ocasión, como la de ese día. 
Mi marido y yo éramos, en ese momento, grandes clientes. Siempre que queríamos celebrar algo íbamos a ese restaurante. Aunque no tuviésemos cita previa nos atendían siempre. 

Cuando llegamos hablé con el maître y pronto nos consiguió una de las mejores mesas del local. Cerca de la ventana, con el mar al otro lado. Simplemente perfecto.
Nos pedimos una ensalda de queso de cabra y nueces. Luego, una caldereta de mariscos y pescados, para dos. Acompañado todo, con el mejor vino blanco de la casa. 

Hablamos sobre mi trabajo en la empresa y mi carrera meteórica. Me dijo que si todo salía como esperaba, un nuevo despacho, nuevos ayudantes y un nuevo sueldo me esperaban.
Estaba pletórica. Todo me iba de maravilla. No podía pedir más. Cuando nos trajeron el postre, mi jefe pidió una botella de cava. Quería brindar por los triunfos que le había dado. 


Yo trabajaba en una de las mejores empresas del sector. Creo que podría decir que era la mejor del mercado, y eso me hacía sentirme, si cabe, más orgullosa.

Después de la comida, volvimos a la oficina. 
Llegué a mi despacho y una montaña de diseños me esperaban. Uno de mis ayudantes, el más pelota, vino a felicitarme por la presentación y salir del paso, airosa, después de llegar tarde. Le pregunté por qué no había sido él la persona que me sustituía y me contestó que el jefe eligió, a dedo, al ayudante que me sustituía, pues no los conocía.Desgraciadamente eligió el peor. Pero por suerte, para mi, eso hizo que cuando llegara les gustara, todavía más mi presentación. 
Después le di las gracias y le di dos trabajos, a revisar. Era uno de los pocos ayudantes que había tenido que sabía, perfectamente, mis gustos y no dudaba en ejecutar mis órdenes. Era una mujer, atrapada en el cuerpo de un hombre, muy, muy gay, con un excelente gusto para la moda y los complementos. Aunque él no se lo podía permitir. Pero a mi me ayudaba mucho cuando tenía una duda existencial, sobre qué bolso combinaba con la ropa que llevaba ese día.
No quería subirlo de categoría. Sí, parece egoísta. Pero me iba genial tenerlo como perrito faldero. Así cuando quería una tarde libre, él mismo me cubría. Como la de esa tarde. 
Antes de salir del despacho le dije que tenía una reunión urgente y que me ausentaría toda la tarde. Él me entendió a la primera. Estuve una hora de reloj revisando dos diseños de un chico que era nuevo en la empresa. Los trabajos eran terriblemente feos, sin vida... Una pérdida de tiempo. Le pedí a mi secretaria que llamara al chico en cuestión. Debía hablar con él. No podía hacer trabajos tan mediocres.

Toni, así se llamaba. No me acuerdo de muchos de los nombres de aquellas personas, pero de él sí. Llevaba un par de meses trabajando en la empresa. Al principio era más bien de soporte, pero ahora era un creativo más. La verdad es que sus ideas me habían impactado. Me las enseñó en una de las entrevistas que tuvimos. Eran trabajos espectaculares. No como aquellos, que rezumaban mediocridad.

- Creo que nos hemos precipitado al darte estos trabajos en solitario. - Dije toda seria -. Quiero que sigas en tu puesto de trabajo, pero trabajarás en grupo con otros diseñadores. Querría que te enseñaran cómo trabajamos aquí. Esto lo dejaremos como un desliz sin importancia. - Le eseñé aquellos trabajos -. Pero no me hagas que te despida, por que no me cuesta nada. Creo que tienes talento. Si no, no estarías aquí. Lo que no podemos permitirnos es la pérdida de tiempo y dinero por unos trabajos como estos. Estarás un mes a prueba. Después entrevistaré a los diseñadores y me dirán si verdaderamente sabes de este oficio.
- Sí sé sobre el oficio. Usted vio mis diseños - contestó rápidamente.
- Tienes razón. Los vi, y por eso no entiendo como puedes firmar estos trabajos y tener la cabeza alta.... - No podía creerme que me contestara -. Por cierto, que sea la última vez que me interrumpes.
- Perdone, solo quería dejar constancia de ello. 
- Veo que eres un chico peleón. A ver,... ¿no te parece bien estar a prueba? Porque si es así, no te preocupes, rescindimos tu contrato con nosotros y listo.
- No es eso. Solo que me molesta que me diga que mis trabajos son malos. Creo que son buenos y no creo que tenga que tratarme así. Además, parece que no se acuerde, que esta misma semana usted ha tenido una semana sin creatividad. 
- Ya... Pero el problema que tienes, es que no hablamos de mi, si no de ti y de tu problema. - Me levanté de la silla y me apoyé en la mesa, delante de él. - No estoy en contra tuya. Solo quiero que veas que nosotros no trabajamos de esta manera.

Él prefirió callarse y al fin llegamos a un entendimiento. O eso creía yo. Sinceramente, en ese momento me daba igual. Solo pensaba en que eran las 16.30 y que en media hora tenía hora para un masaje relajante. Así que lo eché de mi despacho, cogí el bolso y le dije a mi secretaría que tenía una reunión muy importante y que no quería ser molestada, por nada del mundo.

Y así fue.... Pasé una tarde espléndida. Salí de la oficina y me dirigí al spa de una amiga. Allí me estaba esperando con sus mejores chicos y chicas. Primero me hice un masaje de espalda. Después de esos días de tensión tenía que hacerlo. Estaba muy cansada.... Después una crema de algas en la cara, mientras me hacían las uñas de las manos y los pies. Para terminar, mi amiga me invitó a un té de hierbas de la casa, que me sentó de maravilla. Salí de allí nueva.

Después le mandé un mensaje a mi marido. Quería preparar algo especial. Pero salí tan tarde del spa, que pasé por un restaurante índio que nos encanta y le encargué unos platos para llevar. Tampoco es que sea una gran cocinera. Me da pereza pensar en que tengo que ponerme un delantal y cocinar, horas y horas, para un plato que solo dura 10 minutos.....

Cuando llegó a casa estaba todo preparado. Puse el mantel y la vajilla de las grandes ocasiones. Eso para la cena. Y yo me vestí con un vestidito sexy que sabía que a él le encantaba. Por supuesto con mis tacones. 

No podía pedir más. Sé que me repito, pero era tan maravillosa mi vida. No tenía tiempo de nada. Solo de trabajar y estar espectacular para todo el mundo. 

Mi marido y yo hablamos de tener niños. Pero no tengo ese instinto maternal, y a él no le gustan nada los crios. Así que decidimos vivir una vida de lujo y no tener papillas en los trajes de marca. Además mi estupenda figura se vería mermada, por culpa del embarazado... 

Pasamos una noche de ensueño, y por la mañana, a primera hora me llamó mi jefe a casa. 

- Quiero que hoy, cuando llegues a la oficina pases por mi despacho. Tenemos que hablar.
- Claro Adolfo. Allí estaré.
- Gracias. Por cierto, no me llames Adolfo. Para tí, igual que para todos los empleados, soy el señor Casas.
- Sí, perdone señor. 
Me quedé extrañadísima.Adolfo no me había hablado nunca de esa manera. Además fue él mismo el que me dijo que le llamara así. Fue justo después de brindar, durante la comida del día anterior. No entendía nada. 
Pensé que no era bueno para mi pelo y mi cutis estar nerviosa. Así que me relajé y me preparé para ir a la oficina. Mi marido se había ido una hora antes, pues tenía un caso muy importante y debía marcharse temprano para prepararlo. 

Cuando llegué a la oficina.....

4 comentarios:

  1. Hola!

    Genial, como siempre pero veo que te estás
    especializando en dejarnos en ascuas en el
    mejor momento O_O "Cuando llegué a la ofi-
    cina..."

    ¿Ya hora qué?, así ¿hasta cuando?. ¡¡Qué
    fuerte!! Estupendo, maravilloso. ¡Felicida-
    des! Después me doy un paseo con calma por
    el blog ;-)

    Gracias por tus historias. Sigue así.

    ResponderEliminar
  2. Pati! Que he escrito una cosa mal! Uy
    que desastre soy :-( La primera fase
    debería aparecer "Genial como siempre,"
    y luego el "pero..." Lo siento.

    Muy muy bien escrita :-D

    ResponderEliminar
  3. ahora si me e quedado con las ganas!! y en la oficina que??? seguro que a sido el pelota algo... kiero mas!!!

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  4. Oioioi..qué intriga me dejas con este capi...Yo tb quiero una sesión de SPA!!!

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