jueves, 5 de enero de 2012

Suerte vuelve... (7)

No sabía qué hacer....

Estuve más de una hora mirando al infinito. Sentada en la mesa de roble del comedor. No recuerdo en que pensaba, creo que no podía ni pensar. Estaba en shock. Mi marido se había marchado... Me había abandonado... ¿por qué?, ¿solo o acompañado?

Poco a poco recuperé la entereza. La asistenta se fue al poco rato. No quería que nadie me viese en ese estado. Estuve sopesando las posibilidades. Preguntándome un millón de cosas. Entonces... lo pensé, ¿se ha fugado con todo el dinero?. ¿Se ha ido de viaje solo?.

Llamé a la agencia de viajes. Por suerte cogí a la chica que siempre me había atendido. Le pregunté si recordaba a mi marido.

- Claro que sí. Y a usted también. Hacen muy buena pareja.
- ¿A mi? - pero si yo solo había hablado con ella por teléfono. Ella nunca me había visto. Solo habíamos hablado por teléfono. Me quedé petrificada.
- ¿Señora? ¿Señora Blanch?..... ¿está usted ahí?.
- Sí, perdona. Es que estaba intentando recordar cuando nos habíamos visto.
- ¿No se acuerda? No hace ni dos días que vino a acompañar a su marido para darme toda la documentación.
- Sí, sí, perdona. No sé donde tenía la cabeza.

Rápidamente colgué el teléfono, creo que ni me despedí de ella.


Lo había pensado. La noche que me mintió mis sentidos estaban alerta. Pero tonta de mi, creí lo que me dijo al día siguiente. Era verdad, me engañaba con otra mujer. Pero... ¿con quién? Espero que no fuese con la recepcionista impertinente que me encontré el otro día. Aunque tiene todas las papeletas, pues es su tipo.

Daba vueltas por la casa sin ton ni son. Primero a la habitación. Comprobé, por enésima vez que se había llevado todo. Comprobé que mi pasaporte estaba en su mesita de noche. Comprobé su teléfono. Por supuesto, apagado o fuera de cobertura. Hasta que al final me harté de dar vueltas.

Esto no podía estar pasando. Así que decidí ir al banco. Si se quiere ir que se vaya, pero él es un hombre noble, de palabra, pero ya no me quiere. Está en contra de sus principio estar con alguien que no quiere. Puedo llegar a entenderlo. Pero al ser tan moralista, no se habría llevado el dinero. Llegué al banco sofocada. Pero ya estaba cerrado.
Nunca entenderé por que no tienen horario todo el día, pensé.

Fui a un cajero. Hice una comprobación del saldo. Creo que el corazón se me paró. Saldo de la cuenta 10€. Y, ¿el millón que ingresé apenas una semana? No aguanté más la presión... Las lágrimas me caían a borbotones por las mejillas. No podía parar, parecía que no se acababa. Intentaba respirar, pero estaba demasiado nerviosa. No podía caminar, no podía hablar,... Me senté en el suelo, cerca del cajero, con la libreta en la mano, pensando en como me había hecho eso. ¿Yo?, que siempre hacía todo por él.

Al final me levanté y vagué por la calle durante horas. No sabía donde ir, no sabía a quién recurrir. Solo estaba él. No quería a nadie más en mi vida. Y ahora me había traicionado. Pensé que estaríamos siempre juntos, pero no, se había marchado y solo una nota: Ya no te quiero.

Sin darme cuenta llegué hasta la puerta del bufete. Tenía que saberlo: ¿era con ella con la que se había fugado?. Así que sin pensarlo, subí a la segunda planta del edificio y entré. 
Para mi sorpresa, allí estaba ella, colgada al teléfono, como la última vez. Carraspeé un par de veces y no me hizo ni caso. Esta vez no tenía nada que perder así que le grité:
-¡Oye!, no ves que estoy esperando a que me atiendas - le dije con todo el descaro. Ella se sorprendió al ver que era yo. 
- Perdone señora. Pero creo que después del bochornoso encuentro del otro día, sería mejor que no viniese por aquí. Además, su marido hace una semana que no viene a trabajar, así que...
- ¿Cómo? - ¿una semana?, pensé. - No puede ser. Él dejó el trabajo ayer. Me dijo ... - iba a seguir pero me di cuenta de otra mentira más y a esa mujer no le interesaba. Que engañada me tenía.
- ¡Hola Alicia!, - me giré al oir mi nombre. Era el jefe de mi ex - ¿qué haces aquí? ¿cómo está tu marido?
- Hola. Perdona que os moleste. Necesito hablar contigo. Es muy urgente. -Él podría ayudarme.
- Claro. Pero ahora no puedo. Tengo una reunión muy importante. Mañana por la mañana tengo que venir para arreglar unos papeles. Si quieres, pásate y hablamos. 
- Sí... ummmmm... perdona, pero es bastante urgente, no creo que te robe más de dos minutos. Por favor... - Quería hablar con él. Necesitaba hablar con él. Supongo que notó mi desesperación.
- De acuerdo. Pero que sea rápido.
- Claro, claro.

Entré en su despacho. Me preguntó qué pasaba y no pude aguantar la presión. Me puse a llorar. Hoy lo pienso y me abochorno solo de pensarlo. 
Él se quedó petrificado. Supongo que no esperaba eso de mi, siempre me había visto como una persona fuerte, decidida, con carácter y ahora era un despojo, sentado en una silla de su despacho.
Me tranquilicé como pude, le pedí disculpas y le pregunté por mi ex. Supongo que le pilló desprevenido, pues solo pudo decirme que hacía una semana que no venía a trabajar. Que sabía que había cerrado el último caso y que pensaba que estaba celebrándolo conmigo. Por eso no le dio importancia.

- Sé que tendría que haberlo llamado. Pero pensé que después de tantos meses en tensión, se merecía unas vacaciones, aunque no las hubiese pedido. 
- Así que no te ha dicho nada de lo que ha pasado. 
- No sé de qué me hablas. - Realmente no lo sabía, su cara era de desconcierto.
- He ganado una indemnización muy suculenta hace unos días. Pensábamos marcharnos juntos a una isla paradisiaca en medio del océano. Queríamos empezar de nuevo. Pero parece que yo pensaba que sería juntos y él por separado.
- Ya... No sé que decirte. - Se le notaba muy incómodo con la situación -. Por aquí todo está como siempre.
- Sé que se ha marchado con una mujer. Lo sé, por que he llamado a la agencia de viajes, para confirmar que él se había llevado los billetes. Incluso se pensaba que la mujer que lo acompañaba era su mujer, o sea, yo. Después, he ido al banco, por que no podía creerme lo que estaba pasando. Pero ha sacado todo el dinero. Me ha dejado en la ruina. Solo me quedan 10€ en el banco, no tengo nada. Lo he perdido todo. Sé que tienes que marcharte, pero necesito consejo legal. Tengo que hacer algo con esto.
- Sí. Creo que será mejor que te ayude Jordi. Además son amigos. - Se levanta de la silla y coge su maletín. - Acompáñame. 

Le seguí hasta llegar a la puerta del fondo, al despacho de Jordi, el cual se encuentra debajo de una montaña de papeles. 

- ¡Jordi!, Alicia necesita tu ayuda.
- Claro - Jordi se ha sobresaltado al vernos en su despacho.
- Necesito que la ayudes en todo y le digas todo lo que necesita. Es una orden. Además de consejo legal. Lo que quiera. No le cobres nada. Es una amiga.
- Gracias. Eres muy amable. - Por fin alguien que sabe por lo que estoy pasando.

Recuerdo que pasé a su despacho, mientras él sacaba todos los papeles de encima de la mesa. Lo noté nervisoso y al principio no le di importancia, pero pensé que a lo mejor, podría saber algo. Al fin y al cabo siempre estaban juntos. Su mujer y yo siempre nos reíamos, por que los llamábamos Epi y Blas.

Me ofreció beber algo, pero estaba demasiado nerviosa. Así que nos sentamos y le empecé a contar todo lo que había pasado las semanas anteriores. Vi como cambiaba su cara mientras se lo explicaba. Su mueca era de culpabilidad. Seguro. Él lo sabía. Intenté hacerme la víctima todo lo que pude, para que se apiadara de mi. Pero se hacia el loco, ni siquiera me miraba. La verdad, es un abogado pésimo, pues no sabe mentir. Ahora entiendo por que mi ex ganaba tantos casos.

No pude sacarle nada. Estaba agotada. Era tarde y no podía más. Así que me marché. Cuando salí de su despacho llamé a su mujer. 
Ana es una mujer de armas tomar. Me encanta. Pues tiene todo lo que quiere. Creo que es de las pocas personas que soporto. 
La invité esa noche a mi casa, a tomar una copa de vino y ponernos al día. Ella nunca avisaba a su marido cuando quedaba conmigo, pues era cosa de mujeres. Eso era algo bueno para mí, pues él no podría advertirla de lo que íbamos a hablar esa noche. 

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Cuando llegué a casa la vi oscura, solitaria, enorme. Nunca me había fijado, pero para ser solo dos personas teníamos una casa demasiado grande y ostentosa. 
Bueno, si no encuentro una solución pronto ya no podré vivir en ella, pensé.

A las 9 de la noche, como habíamos quedado Ana apareció. Cuando me vió me echó una mirada de.... no sé si te conozco. 

- Lo sé. Estoy echa un asco. Por eso te he llamado. Necesito tu ayuda.
- Sabes que a mi no se me da bien lo de las relaciones humanas. No sé ser una amiga.
- No te voy a preguntar por moda. No te preocupes. Necesito que me ayudes con un problema muy gordo. -Después de decirle eso, le enseño la nota de mi ex. Abro la botella de vino, cojo dos copas y me voy al salón.

Ya en la segunda copa de vino, la primera me la bebí entera sin respirar, le cuento todo lo de mi trabajo. El problema con los compañeros. Como lo había solucionado y como me habían pagado por mi silencio. Sé que no debía hablar con nadie, pero me importaba muy poco. Necesitaba hablar con alguien. Después le conté la idea del viaje, lo de la agencia de viajes y por último lo de la nota y el banco. 
Ella estuvo impasible en todo momento. Cuando terminé me dijo:

- Sé que quieres que hable con Jordi, pero no te preocupes. Le haremos el primer grado aquí mismo. - En ese momento cogió el teléfono y lo llamó para decirle que viniese a mi casa. Jordi como un perrito faldero obedeció y en veinte minutos se plantó allí. Mientras él venía, Ana y yo trazamos el plan a seguir para que Jordi cantara -. Si lo hacemos así, nos dirá todo lo que queramos. 
- Siento hacer esto. Sé que estoy abusando de tu confianza. 
- No te preocupes. La verdad es que siempre he pensado que mi marido es un poco... pánfilo. Sí, se que es políticamente incorrecto decir esto, pero no le quiero. Si estamos juntos es por que me he acostumbrado a él.

No sabía qué decirle. ¿Qué se le puede decir a una mujer que para ti es una triunfadora y te das cuenta de que en el amor no lo es?, me pareció triste que no tuviese a un hombre que le hiciese sentirse especial. Igualmente, ella lo decía seria, sin problemas, tranquila y resignada. Hace tiempo mi ex me explicó que si se casaron fue por que se conocían desde que eran pequeños.

Cuando Jordi llegó nos propusimos emborracharlo. Por lo visto, según Ana, era muy fácil y es lo mejor para sonsacarle, pues tiene una lengua muy suelta.
Saqué más vino. Estaba segura que sería la mejor ocasión para acabar con aquellas botellas que mi ex tenía preparadas para momentos especiales. 
Que mejor momento que emborrachar a su amigo para saber que es lo que puedo hacer ..., pensé.

Al principio no hablaba, solo escuchaba como su mujer y yo le recriminaramos que no se pusiera de nuestra parte. ¡Dios! que rabia me daba verle allí pasmado, sentado en mi sofá y sin nada que decir. 

- ¡No te das cuenta de que no tengo nada! ¡Me ha robado todo! - le grité. - ¡Me voy a quedar en la calle, por que no tengo dinero!....
- Ya lo sé. Pero.... - empezó con hipo. Esa es la primera fase, según Ana. Después del hipo venía emborracharlo para hablar. Me levanté y fui a por otra botella. Él no quería beber más, sabía lo que queríamos hacer. Pero Ana, aunque había dicho que no lo quería se puso a horcajadas, encima de él, le dio un par de besitos en el cuello y le dijo algo al oído. Después se bajó, se volvió a sentar y él levantó la copa para pedir más vino.
Me encanta el poder de convicción que tiene. ¿Cómo lo hará? Yo siempre he querido hacer eso, y en cambio mi marido me abandona y me deja con tan solo 10€.

La fase dos estaba en marcha....

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Hola!!!

    Estás dominando demasiado bien
    eso de dejarnos en el mejor mo-
    mento. Sé que así lo haces más interesante pero ¿un poquito de compasión para el próximo capí-
    tulo? ¡Por favor! Hehehehehe.

    Centrándonos en el capítulo: tan
    fantástico como siempre. Vas le-
    yendo, leyendo y sin darte cuenta llega el final. Vuelven las ganas de más. Porqué queremos más, ¡que lo sepas! >.<

    A seguir así Pati. Enhorabuena.

    Un abrazo muy fuerte.

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  2. Qué maja Ana, me encanta eso de emborrachar al marido!!! A ver qué consiguen sacarle...me voy al siguiente!!!

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